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Thu, 01/30/2020 | by Claire Hutkins Seda
[Nota del editor: Esta es la tercera actualización por parte de Marysel Pagán Santana, DrPH, MS, Gerente de Programas en Puerto Rico desde San Juan, Puerto Rico, donde la actividad sísmica continúa alterando la salud y estado emocional de las personas y afectando edificios. Para más información relacionada a los terremotos y el trabajo de MCN hasta el momento, lea nuestras primeras dos publicaciones, “Manejo y cuidado de la salud en emergencias: Recursos para antes, durante y después de un terremoto” y “Terremoto en Puerto Rico: Aprendiendo de las comunidades y apoyando su labor.” Puede apoyar las comunidades en Puerto Rico directamente contribuyendo en nuestra página para Puerto Rico.]
Marysel Pagán Santana, DrPH, MS, Gerente del Programa de Puerto Rico de MCN, ha servido como voluntaria en las recientes semanas, en dos comunidades muy diferentes, asistiendo a otros puertorriqueños que están viviendo en campamentos como resultado de los terremotos que aún ocurren. Si bien cada comunidad enfrenta situaciones que contrastan, en términos de: características geográficas, apoyo y organización comunitaria, tamaño del campamento, asistencia gubernamental de emergencia y proximidad a los epicentros de terremotos, la Dr. Pagán Santana notó más similitudes que diferencias.
“Las personas pobres en Puerto Rico son de las poblaciones más afectadas por los desastres naturales. Los temblores han magnificado la situación de estos que, de por sí son vulnerables, cuando a la emergencia se suma la carencia de recursos y los bajos ingresos. Esto, combinado con la asignación inadecuada de los recursos públicos y la pobre gestión gubernamental, agrava su experiencia y perjudica su salud”, explicó la Dra. Pagán Santana. "Aquellos de nosotros que trabajamos con miras a eliminar la disparidad social usamos esta situación como una oportunidad para dirigir recursos a esas comunidades".
Hace una semana, la Dra. Pagán Santana, personal del Hospital General Castañer, y Nancy Cardona Cordero, DrPH, MS, de People-to-People for Puerto Rico (p2p4PUR) de la Universidad de Rochester, entregaron suministros a una comunidad rural montañosa en el centro de Puerto Rico que sufría después de los terremotos, pero no lo suficiente como para garantizar el estado de zona de desastre [al momento de la visita]. La Dra. Pagán Santana ha trabajado con esta comunidad a través del proyecto "Movilizando comunidades en Puerto Rico de MCN para satisfacer las necesidades de las poblaciones vulnerables antes, durante y después de un desastre natural", un proyecto subvencionado por la Fundación Bristol-Myers Squibb que comenzó en tres comunidades rurales puertorriqueñas hace un año. El programa proporciona un marco para la respuesta de emergencia y la movilización comunitaria, lo que ha permitido a esta comunidad entrar en acción después de los terremotos. Como resultado de las redes de comunicación establecidas, la coordinadora del proyecto en el Hospital General Castañer logró que la Dra. Pagán Santana obtuviera una lista actualizada de las necesidades de quienes dormían en casetas de campaña.
La Dra. Pagán Santana contactó a un grupo de colegas profesionales de la salud y de otros sectores para solicitar los suministros necesarios. En respuesta, la oficina de MCN Puerto Rico recibió suministros para al menos unas 60 personas. Ella y el resto del equipo cargaron un vehículo y se dirigieron al campo. A unos veinte minutos del Hospital General Castañer, la pequeña comunidad se encuentra en un área del centro de Puerto Rico que no se considera gravemente afectada por los temblores. La comunidad, llamada Sector el 30 en el municipio de Maricao, tiene familias con infantes y niños pequeños, y muchas personas mayores. "Están aislados, son de bajos ingresos y los rangos de edad los ponen en mayor riesgo", dijo la Dra. Pagán Santana.
Pagán Santana conoció a una persona de edad avanzada cuya casa colapsó durante los recientes terremotos. Estaba refugiada en una caseta de campaña, una de varias instaladas en el estacionamiento de una cancha de baloncesto. Alrededor de 50 personas se quedaban allí cada noche, pero la mayoría pasaba el día en otro lugar. Muchas de las personas optan por dormir en las casetas de campaña en lugar de sus casas por temor a que otro terremoto derribe su casa o, derribe una casa sobre su casa o comience un deslizamiento del terreno (que son comunes en el área). El miedo es suficiente para evitar que las personas que todavía tienen casas duerman en ellas. Este campamento originalmente no era un refugio oficial, pero suficientes personas se habían congregado en el, como para que el gobierno lo identificara como tal, asignara un coordinador y enviara artículos de primera necesidad.
Cuando el grupo llegó con los suministros, los que estaban en el refugio habían estado en desacuerdo con el coordinador de refugios asignado por el municipio. Este, según los refugiados, argumentaba que, en base a la naturaleza intacta de las casas en el área, los que estaban en el campamento no necesitaban tanto como aquellos en campamentos más al sur, cuyas casas habían sido dañadas o destruidas. Dichas distinciones demuestran la importancia de que la respuesta a desastres sea organizada por la comunidad, en la que los vecinos se preocupan por otros vecinos, en lugar de que una parte externa determine quién es digno de asistencia o no, dice la Dra. Pagán Santana. Ella y el equipo descargaron los suministros, entregando repelentes de insectos, pañales, toallas sanitarias, ropa básica y entre otros a los residentes del campamento. También instalaron una carpa proporcionada por P2P4PUR, que se usó originalmente después del huracán María en la comunidad de Loíza. El centro de salud comunitario de Loíza lo prestó al Hospital General Castañer, reconociendo la necesidad de esta pequeña comunidad, demostrando el apoyo que los centros de salud se brindan entre sí y la importancia de las redes locales y externas, señaló la Dra. Pagán Santana.
Al día siguiente, se unió a las Brigadas Salubristas, un amplio grupo de médicos voluntarios y profesionales de la salud, en el refugio establecido por la Guardia Nacional en el estadio municipal de Yauco para ayudar en la coordinación de una brigada médica y de servicios de salud. El refugio incluía una “ciudad” de carpas dentro de un estadio de béisbol, dijo la Dra. Pagán Santana, donde unas 200 personas estaban registradas en el refugio y otras 1,000 aproximadamente dormían todas las noches en los estacionamientos cercanos. Más de 100 educadores de salud, trabajadores sociales, psicólogos, médicos y enfermeras voluntarios establecieron una clínica en el refugio principal y se dividieron en cinco equipos más pequeños para brindar atención básica y especializada a las comunidades locales que no pudieron llegar al estadio. La Dra. Pagán Santana, en un papel de coordinación con su equipo, se dirigió a un complejo de apartamentos de interés social que se había considerado inseguro. El área, si bien se consideraba rural, era más fácil de acceder, que la región central que había visitado anteriormente. Los residentes del complejo de apartamentos habían instalado casetas de campaña directamente en frente de su edificio. "La comunidad necesita más atención y recursos, por lo que [los funcionarios] quieren trasladarlos al estadio, donde hay más ayuda, pero ellos no están dispuestos a mudarse", explicó el Dr. Pagán Santana. "Si se van, temen que nunca se les permitirá regresar si está comprometido". Las necesidades de salud encontradas allí reflejaban las del estadio y la comunidad en general: hipertensión y diabetes, enfermedades crónicas, falta de atención médica básica o ausencia de continuidad del cuidado, todo envuelto en capas de ansiedad y miedo alrededor de los terremotos.
“Este es un desastre provocado por el hombre”, concluyó la Dra. Pagán Santana. “El terremoto está generando ansiedad: están estresados por sus hogares y hay una presión mayor sobre las comunidades [en adquirir recursos adicionales], pero las necesidades de salud y las necesidades de recursos no se deben a los terremotos, a un huracán o a una falta de poder. Ya estaban allí ".
Migrant Clinicians Network extiende su agradecimiento a las siguientes compañías y organizaciones que generosamente brindaron suministros que fueron entregados a las comunidades en necesidad. Gracias a:
- MCS Healthcare Holdings, LLC
- Agile Document Review, LLC
- Kelly Professional Services
- Work Place TGC Investments, LLC
- Puerto Rico Vector Control Unit
- People-to-People for Puerto Rico
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