Skip to main content

¿Por qué la implementación de programas comprensivos de salud ocupacional de personal escolar es esencial para una reapertura segura de las escuelas?: Un resumen de nuestro más reciente programa de adiestramientos en Puerto Rico.

Printer-friendly version

A teacher prepares for the school year

Por: Marysel Pagán-Santana, DrPH, Gerente Principal de Programas en Puerto Rico

Uno de los temas de discusión pública que más se ha repetido en Puerto Rico y alrededor del mundo es la apertura de las instituciones educativas en medio de la pandemia de COVID-19. Según UNESCO, esta emergencia de salud pública ha provocado el cierre de escuelas a nivel nacional en más de 160 países, afectando más de 1 billón de estudiantes [Figura 1]. Esta organización puntualiza las consecuencias del cierre de escuelas en varios aspectos que van desde la seguridad física y salud del estudiantado, hasta los costos económicos que el cierre provoca en las familias la búsqueda de cuido para sus hijos; así como también, la presión ejercida en el sistema educativo de tener que permanecer abierto y el estrés que esto pudiera causar en el personal escolar. En un contexto más amplio, no se puede distanciar la educación de la salud tanto en el riesgo de contagio en lugares donde las tasas de positividad1 e incidencia2 son altas, como en el rol de la educación como determinante social de la salud. 
       

A map of global school closures
Figura 1. Visualización generada por UNESCO para monitoreo de clausuras de escuelas a casusa del COVID-19. Esta visualización muestra el estado global para el mes de mayo 2020, donde se alcanzó el número mayor de estudiantes y planteles afectados. 

Según los CDC, los determinantes sociales de la salud son aquellas condiciones en el ambiente donde las personas nacen, viven, se educan, trabajan, recrean y se desarrollan, que afectan la salud y la calidad de vida. Algunos de estos determinantes son empleo, seguridad alimentaria, seguridad vecinal, vivienda, acceso a servicios de salud y educación. Esta última, según reportes y estudios recientes, puede impactar y condicionar a largo plazo la salud y calidad de vida. Una educación completa y de calidad es un factor que modifica la capacidad de conseguir empleo y generar ingresos. Esto a su vez puede influenciar donde una persona vive y el acceso a servicios de salud que tenga a la mano. En The Nations Health, una publicación periódica de la Asociación Americana de Salud Pública (APHA, por sus siglas en inglés), sostiene que “la educación no es solo lo que se aprende en un salón de clases; pero también abre la puerta a un bienestar futuro”. Esta relación puede observarse fácilmente en individuos con mayor aprovechamiento académico que a través de la toma de decisiones informada en salud disminuyen el riego de padecer de ciertas condiciones de salud. Las implicaciones que tiene el cierre de escuela en el desarrollo, y salud física y emocional de los niños crea un dilema en cuanto a qué es más riesgosos o cuál es la mejor forma de garantizar salud y educación. Varias organizaciones se han dado la tarea de estudiar el riesgo de trasmisión de COVID-19 en los ambientes escolares y han colaborado en el desarrollo de guías que apoyen la toma de decisiones sensata en cuanto a este aspecto. Una de ellas es la guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que provee una lista de cotejo para la toma de decisiones informadas y la implementación de controles en las escuelas. De la misma forma, la OMS, en conjunto con otras organizaciones, ha colaborado en una vigilancia continua que permita entender la dinámica de contagio en estos lugares. Esta vigilancia se necesita para mejorar las guías y aconsejar a los diferentes países en cuanto a la reapertura. Cabe destacar un informe reciente de la OMS que presenta varios hallazgos en cuánto a la trasmisión del virus en las escuelas a nivel global, incluyendo la distribución y dinámica de casos entre menores de edad que participan de los sistemas educativos. Este también evalúa si la apertura de escuelas provoca un aumento en los casos a nivel comunitarios." De este reporte es importante resaltar varios puntos claves: 1) el cierre de escuelas no provocó una mayor reducción de casos comparado con otras políticas como el uso de mascarilla y distanciamiento físico en lugares públicos; 2) la mayoría de los brotes en escuelas tienen una alta posibilidad de haber sido originados por adultos o personal escolar y no por los estudiantes; 3) la mayor parte de los brotes ocurrió en escuelas secundarias, y 4) existe una fuerte asociación entre el número de brotes y el contagio comunitario, dónde se observaron más brotes en comunidades que de por si tenían números altos de habitantes infectados. Este tipo de reportes, en conjunto con otros estudios y sistemas de vigilancia, promueve a que la apertura de las escuelas puede llevarse a cabo de forma segura siguiendo indicadores específicos de contagio a nivel de comunidad e implementando protocolos y políticas que promuevan la salud ocupacional del personal que labora en estos ambientes.

El CDC, reconociendo la importancia de la apertura del sector escolar, ha publicado varios indicadores que podrían guiar a los diferentes participantes de la comunidad escolar en la apertura segura de los planteles. Estos indicadores están divididos en principales y secundarios; siendo los dos de los indicadores principales enfocados en la trasmisión comunitaria, y el tercer indicador principal enfocado en estrategias de mitigación. Las estrategias de mitigación están enfocadas en cobertura facial, higiene y distanciamiento. El uso de estos indicadores provee una ruta para que las agencias gubernamentales tomen decisiones en cuanto apertura, pero también para que la comunidad escolar tenga una idea de cuándo podría ser seguro regresar a los planteles. A pesar de que la mayoría de los indicadores están atados a la dinámica comunitaria del lugar donde se encuentre la escuela, los protocolos y su implementación recaen grandemente en la administración del plantel escolar. Tener los recursos y personal requerido para implementación efectiva de protocolos y programas de prevención de contagio puede ser un reto para aquellos sectores escolares con escasos recursos o que han tenido algún impacto previo al COVID-19 que afecte la infraestructura o la capacidad de un plantel de poder proveer un espacio seguro. En Puerto Rico muchas escuelas tienen el reto de llevar a cabo el proceso de desarrollo e implementación de protocolos mientras aún se recuperan de otros desastres y emergencias. 

Puerto Rico ha atravesado numerosos desastres naturales, en su mayoría consecuencia directa de la crisis climática. Fenómenos asociados al clima como los huracanes del 2017 y la sequía del 2020, en combinación con terremotos significativos 2019-2020 y la emergencia de salud pública que presenta la pandemia del COVID-19, añaden una presión adicional al sistema educativo y limita su capacidad de responder rápidamente a las necesidades de la comunidad escolar. A pesar de estas dificultades, se está evaluando un posible regreso presencial para principios del año 2021. Esto considerando varios aspectos como la dificultad de implementación de sistema educativo a distancia, en parte por la fragilidad e insuficiencia de la infraestructura tecnológica y de energía eléctrica; el perfil socioeconómico de los estudiantes, donde la mayoría están bajo el nivel de pobreza; y la disparidad educativa que se acrecienta para aquellos estudiantes de escasos recursos. Siguiendo las guías establecidas por los CDC, se ha monitoreado el riesgo de trasmisión en las escuelas y presentado en diversos informes del Departamento de Salud. En estos se puede apreciar que casi todas las escuelas están ubicadas en zonas de mayor o más alto riesgo de trasmisión. A pesar de que Puerto Rico no está en la mejor posición para el regreso presencial a la escuela, si está en el momento adecuado para las fases de planificación e implementación de protocolos. Llevar a cabo estos procesos de manera anticipada puede dar paso a que, una vez las comunidades alcancen niveles bajos de contagios, las escuelas puedan cumplir con todos los indicadores para prevenir contagios. 

       

Number of new cases of covid in Puerto Rico
Figura 2. Nivel de riesgo de trasmisión en las escuelas de Puerto Rico según reporta el Departamento de Salud.


Una parte integral de un protocolo de salud y seguridad eficiente y sostenible es la capacitación del personal que estará implementando y velando por el cumplimento del mismo. Capacitar al sector escolar no solo fomenta un ambiente laboral seguro, sino que apoya a que el sector pueda identificar limitaciones y aportar soluciones al mismo mientras empodera al personal para poder manejar y disminuir el riesgo de contagio en las actividades individuales. El personal de las escuelas son un grupo importante de los trabajadores esenciales que necesitan herramientas que les permitan regresar de manera segura a su trabajo. Una capacitación anticipada permite atender las preocupaciones del sector escolar de manera tal que no se añada estrés laboral por desconocimiento de la efectividad y mecanismos adecuados para protegerse. Dentro de la discusión pública algunas de las preguntas o preocupaciones expresadas por maestros u otros participantes del sistema educativo incluían estrategias de análisis de riesgos, conocimiento de los indicadores para saber cuándo era seguro regresar y alternativas para evitar contagiarse en su lugar de trabajo. Considerando las preocupaciones de la comunidad en general, Migrant Clinicians Network (la red de proveedores de salud para migrantes, MCN por sus siglas en inglés) propuso un programa para llevar a cabo intervenciones educativas con el personal escolar con el objetivo de apoyarlos en trasmitir la información a los diferentes componentes de la comunidad escolar como padres, estudiantes y otros miembros de la población. 

MCN se asoció con el Centro para el Desarrollo de la Fuerza Laboral en Salud Publica de la Universidad de Rutgers como parte de una subvención del Instituto Nacional de las Ciencias en Salud Ambiental (NIEHS, por sus siglas en inglés).  Durante los pasados seis meses hemos llevado a cabo dos series virtuales de cuatro talleres cada una específicamente para personal del sector escolar en Puerto Rico, logrando un total de 284 participantes. La primera serie fue dirigida a maestros y personal del sistema educativo público, donde hubo representación de todas las regiones educativas de Puerto Rico.  La segunda serie fue adaptada para poder enfocarla en atender el sector público a cargo de estudiantes de diversidad funcional. En este caso el personal escolar incluía todos los profesionales encargados de proveer terapias de habla y ocupacional, adicional a los maestros y personal administrativo. Durante cuatro semanas consecutivas, los participantes asistieron a varios talleres dónde se atendieron los temas de aspectos clínicos y epidemiológicos del COVID-19, el marco regulatorio relacionado a la exposición ocupacional, evaluación de riesgo y controles para mitigar el riesgo, y las mejores prácticas para ambientes escolares. Estas secciones les dieron un panorama claro a los participantes de qué esperar en la toma de decisiones a nivel gubernamental, administrativo y comunitario; así como también, estrategias individuales para las necesidades particulares que pudieran tener las distintas actividades educativas. Parte de la discusión también incluyó una reflexión en cuanto a las posibilidades de adaptar el currículo académico considerando la actual emergencia de salud pública, de tal forma que se pueda atendar las necesidades de la población estudiantil sin fomentar un espacio laboral de riesgo para el personal. El intercambio de información y discusión desarrollada en estas actividades educativas han promovido la identificación de oportunidades de crecimiento y capacitación en el sector escolar que promuevan ambientes de trabajos seguros y saludables. De igual forma, continuamos nuestra colaboración con este sector esencial en otras áreas como el manejo de agua segura y desastres naturales como parte de una subvención de la Agencia para la Protección Ambiental (¡Manténganse conectados para actualizaciones futuras!). Continuaremos con este programa de capacitación en salud laboral durante emergencias de salud pública  sirviendo a otros sectores laborales  y en colaboración con el Hospital General Castañer en Lares, Puerto Rico. La necesidad de capacitación es grande y es esencial para poder sobrellevar y superar las emergencias que actualmente atiende la Isla y el resto del mundo.

 

Referencias y recursos

  1. CDC (2020) Indicadores de ayuda dinámica para escuelas.
    https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/community/schools-childcare/indicators.html

  2. Departamento de Salud de Puerto Rico (2020) Informes semanales sobre la dinámica del COVID-19 para la toma de decisiones en las comunidades escolares en Puerto Rico.
    http://www.salud.gov.pr/Pages/Comunidad_Informes_COVID-19.aspx
     
  3. Departamento de Salud de Puerto Rico (2020) Informe semanal sobre la dinámica del COVID-19 para la toma de decisiones en las comunidades escolares en Puerto Rico (Informe de diciembre).
    http://www.salud.gov.pr/Documents/Informe%20semanal%20din%c3%a1mica%20del%20COVID%20-%202%20dic%202020.pdf.pdf

  4. Health, T. L. P. (2020). Education: a neglected social determinant of health. The Lancet. Public Health, 5(7), e361. https://www.thelancet.com/journals/lanpub/article/PIIS2468-2667(20)30144-4/fulltext

  5. McGill, N. (2016). Education attainment linked to health throughout lifespan: exploring social determinants of health.
    https://www.thenationshealth.org/content/46/6/1.3

  6. Office of Disease Prevention and Health Promotion (2020) Social Determinants of Health
    https://health.gov/healthypeople/objectives-and-data/social-determinants-health

  7. Shankar, J., Ip, E., Khalema, E., Couture, J., Tan, S., Zulla, R. T., & Lam, G. (2013). Education as a social determinant of health: issues facing indigenous and visible minority students in postsecondary education in Western Canada. International journal of environmental research and public health, 10(9), 3908–3929.
    https://doi.org/10.3390/ijerph10093908

  8. UNESCO (2020) Education: From disruption to recovery.
    https://en.unesco.org/covid19/educationresponse

  9. UNESCO (2020) Adverse consequences of school closures.
    https://en.unesco.org/covid19/educationresponse/consequences

  10. WHO (2020) What we know about COVID-19 transmission in schools
    https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/risk-comms-updates/update39-covid-and-schools.pdf?sfvrsn=320db233_2

  11. WHO (2020) Checklist to support schools re-opening and preparation for COVID-19 resurgences or similar public health crises.
    https://www.who.int/publications/i/item/9789240017467

 


 

1Número de casos positivos entre el total de personas que se han hecho la prueba.

2Número de casos nuevos diarios por cada 100 mil habitantes.

 

 

Like what you see? Amplify our collective voice with a contribution.

 Email Us  Share with us on Facebook  Tweet Us  LinkedIn  LinkedIn  Click here to contribute

Got some good news to share? Contact us on our social media pages above.

Return to the main blog page or sign up for blog updates here.

Contact Us